viernes, 20 de enero de 2017

La noche del terror ciego (Amando de Ossorio, 1971)

En este país somos muy dados a ser muy permisivos con lo que nos llega de fuera y muy críticos con lo que tenemos en casa. Esta especie de regla no escrita es especialmente sangrante cuando hablamos de cine porque, y son muchas las veces que en este mismo blog hemos hablado de este hecho, en España ponemos por el suelo por menos de nada el cine patrio mientras que acudimos en masa a las salas a ver auténticos bodrios made in USA. Curiosamente, ciertos títulos que son repudiados en España son muy alabados en otras partes del mundo, tal y como pasa con la joya del fantaterror hispano que nos ocupa hoy: La noche del terror ciego.


Bette y Virginia son dos antiguas compañeras de internado que se encuentran en Lisboa y deciden hacer un viaje junto con otro amigo, Roger. Durante el viaje en tren, Virginia se enfada y decide irse por su cuenta, llegando a un pueblo que, aparentemente, está abandonado. Lo que nadie podría imaginar es que ese lugar alberga una maldad de una magnitud como pocas veces se ha visto.


El fantaterror es un género genuínamente español que engloba a las películas de corte fantástico y/o de terror que se crearon en España en torno a los años 60 o 70. Mientras en España son muchas las personas que aún siguen viendo con recelo las producciones de esos tiempos, en muchos otros puntos del planeta se considera que esos títulos son cine de culto. Así sucede con películas como No profanar el sueño de los muertos, La noche de Walpurgis o la que nos ocupa. Por desgracia, el hecho de que estas producciones sigan, a día de hoy, tan injustamente denostadas provoca no sólo que sean desconocidas para gran parte del público general sino que, encima, las posibilidades de verlas son muy escasas. Pero eso es otra historia y nos estamos yendo del tema del que estamos hablando, la gran La noche del terror ciego.

La noche del terror ciego es una de las joyas del fantaterror por muchos motivos pero el principal de todos ellos son sus villanos. Nunca en la historia del cine ha habido algo así y, por ello, esta película debe ser valorada. Sí, no estoy exagerando para nada ¿acaso habéis visto alguna vez una película en la que los malos sean un grupo de templarios zombies? De entrada, el hecho de que sean templarios me parece tremendamente apropiado. Primero porque los templarios siempre han estado rodeados de misterio y segundo porque son muy nuestros, ya que España fue un lugar en el que estuvieron ampliamente asentados y aún hoy en día son muchos los vestigios de esta órden de monjes guerreros que se conservan en nuestro país. Capítulo aparte es el aspecto del que están dotados los templarios de esta cinta. Su diseño es aterrador y lo es a pesar de que es palpable que el presupuesto de esta película debía ser irrisorio.

Ese aspecto cadáverico tan particular que tienen los templarios nos remite directamente a las Leyendas de Bécquer y aquí estamos ante otro aspecto a tener en cuenta ya que Amando de Ossorio no sólo se inspiró en uno de los más grandes autores de las letras españolas sino que también bebió de fuentes tan estimulantes como el terror gótico de la Hammer o La noche de los muertos vivientes de George A. Romero. Con este pedazo de cóctel era dificil que saliera algo malo.

Tenemos unos villanos magníficos y tenemos unas inspiraciones de los más interesantes ¿hay algo más que reseñar? sí, tenemos terror a mogollón. Y es que, por si alguien se había olvidado, La noche del terror ciego es una película de terror y cumple con creces con su cometido. Hay escenas verdaderamente terroríficas y momentos en que la sangre se convierte en la verdadera protagonista y, sinceramente, desde que los templarios hacen acto de presencia y empiezan a cargarse a toda aquella persona que se pone en su camino, la película alcanza unas cotas espectaculares.

Por desgracia, no todo son cosas buenas. Para empezar, hay un par de escenas de alto contenido sexual que sólo se pueden explicar teniendo en cuenta la época en la que se rodó la película ya que no aportan absolutamente nada al desarrollo de la película y están metidas con calzador. Además, el guión es bastante flojo y hay algún que otro fallo gordo aunque, en este sentido, estos errores quedan subsanados por la atmosfera que reina en la película. Lo que sí que no hay manera de arreglar es lo irritantes que son los protagonistas y lo rídiculas que son sus reacciones ya que hay veces que actúan de manera tan absurda que parece que están deseando ser asesinados. En cualquier caso, y a pesar de que son fallos de cierta entidad, el resultado final sigue siendo estimable aunque es obvio que si se hubieran cuidado esos detalles la cosa hubiera mejorado bastante.

Aún no hemos hablado de dos de las figuras a reseñar que están relacionadas con esta cinta: el director Amando de Ossorio y la actriz Lone Fleming. Amando de Ossorio es una figura prácticamente desconocida y, sin embargo, es uno de los grandes nombres del fantaterror. De Ossorio peleó mucho por hacerse un hueco en el mundo del cine, cosa que consiguió con creces durante la década de los 70, cuando rodó los títulos que más fama la dieron. Para la posteridad quedarán siempre su tetralogía de los templarios ciegos (iniciada con el título que nos ocupa), su gusto por rodar al aire libre y su buena mano para hacer películas con cuatro duros. En cuanto a Lone Fleming, también toca reivindicarla porque mucho antes de que Jamie Lee Curtis fuera coronada en los 80 como la Scream queen definitiva, ella ya se desgañitaba de lo lindo de la mano de Amando de Ossorio o de Eugenio Martín y para hacerlo más adelante de la mano de Juan Piquer Simón o, incluso, el genial Paul Naschy.

Estoy convencida de que algunas personas de las que me lean se echarán las manos a la cabeza por decir que La noche del terror ciego me parece una gran película. Soy muy consciente de todos sus fallos y también tengo muy claro que es de serie B y que se nota que es de serie B, pero es que hay muchas películas con legiones de fans y con muchos más medios que no tienen ni de lejos la personalidad que tiene La noche del terror ciego. Personalmente, yo ya me he hartado de echar piedras sobre nuestro propio tejado y he decidido que ha llegado el momento de reivindicar lo nuestro y, digan lo que digan, el cine español nos ha dado y nos dará muchas alegrías y, sin duda, La noche del terror ciego es una de ellas.

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