miércoles, 25 de mayo de 2016

Tercera crónica del Festival de Cine y Televisión Reino de León

Tras un pequeño descanso, retomamos la crónica del Festival de Cine y Televisión Reino de León. El pasado domingo la oferta fue muy variada ya que empezó la sección Portugal en Corto pero, además, se seguían proyectando películas de ficción y películas documentales.

Yo sólo tuve la oportunidad de ver una película en esa jornada pero primero quiero hablaros de otra que, aunque no la vi, es digna de ser comentada. Me refiero a El reto de Eva. El reto de Eva nos cuenta la historia de Eva, la madre de Nacho, un niño enfermo de Dent, una enfermedad causada por una mutación en el cromosoma X. Eva es una madre coraje capaz de hacer lo que sea para recaudar fondos y poder pagar todos los gastos que implica investigar la enfermedad de Nacho. Y digo que es una madre coraje y lo digo con mayúsculas, porque Eva tiene esclerosis múltiple en el 53% de su cuerpo y, aún así, ha sido capaz de atravesar el desierto del Sáhara en bicicleta de montaña, participando en la Titan Desert, una de las pruebas más exigentes del mundo.



Eva estuvo presentando la película junto con Eloi Tomás, el director, y a los asistentes les llegó al corazón su testimonio y su lucha. Eva ha dicho que volverá a León para la gala de clausura y quien sabe si volverá para recoger un premio que ayude a darle más visibilidad a su pelea. Quienes vieron la película la recomiendan porque Eva es un auténtico ejemplo de superación. Vivimos en una época en la que rápidamente endiosamos a gente cuyo único talento es tener belleza o ser hábil dándole patadas a un balón, y muchas veces no nos damos cuenta de que los verdaderos héroes son las personas normales, como tú y como yo, que son capaces de echarle narices a la vida y pelear contra viento y marea a pesar de las adversidades que se les presentan. Y este es el caso de Eva y, por eso, tenía que estar en mi crónica del pasado domingo.


Seguimos. El domingo 23 ya tenía cita desde hace un tiempo. Lo bueno de estar todo el día enredando en RRSS es que, al final, acabas conociendo gente de lo más interesante. Y así es como he conocido a Pedro Estepa, uno de los directores de Bienvenido Mr. Heston. Fue el mismo Pedro el que me comentó cuando venían a presentar su documental y, por supuesto, le dije que iría a verlo. Pero lo que no le dije a Pedro ni al resto del equipo hasta que los conocí en persona es que para mí era casi obligatorio ir a ver Bienvenido Mr. Heston por motivos personales. Este documental nos lleva a los 60, concretamente a 1961, fecha en la que se estaba rodando por tierras españolas la superproducción El Cid (Anthony Mann, 1961). Y de todos lugares en los que se rodó la película, sus creadores decidieron centrarse en los días en los que el rodaje se realizó en Torrelobatón. Torrelobatón es un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid cuyo máximo atractivo es su impresionante castillo medieval. Precisamente, ese castillo fue lo que determinó que Torrelobatón se acabara convirtiendo en Vivar durante el rodaje de la película, pero ¿qué era lo que me impulsaba a ver esta película sí o sí? pues algo tan curioso como que una de mis bisabuelas maternas era de Torrelobatón.

Sí, queridos, tengo vínculos con ese pueblo y, además, he estado allí. De hecho, cada vez que voy a casa de mis padres lo primero que veo nada más entrar es una fotografía de gran tamaño del castillo de Torrelobatón, así que ¿cómo no voy a ir a ver un documental en el que se habla de un momento tan especial para un pueblo que es parte de mi vida?

Con todos estos antecedentes, entenderéis que tenía bastantes ganas de ver la película. Lo que no me esperaba era que me sorprendiese tanto. Sobre el papel, la película recuerda lo que fue un momento histórico para ese lugar, pero Bienvenido Mr. Heston es mucho más. En una primera lectura, nos damos cuenta de que la película ensalza los espacios naturales de España como excelentes lugares de rodaje, pero una segunda lectura nos da otras ideas aún más gratificantes. Y es que, lo que más me ha gustado de Bienvenido Mr. Heston, y lo que hizo que el domingo me fuera para casa con una sonrisa en la cara, fue su manera de plasmar la vida en este pueblo.

Cuando terminas de ver esta película llegas a la conclusión de que el rodaje de El Cid parece haber sido la excusa que han utilizado los creadores para componer un retrato costumbrista, cercano y natural de la España de la época. Al final, casi lo de menos es que Charlton Heston anduviera por tierras castellanas en los años 60 porque, y con el permiso de las estrellas de Hollywood, los que se acaban convirtiendo en los protagonistas son los habitantes de Torrelobatón. Evidentemente, toda la parte referida al rodaje y los testimonios de la gente en relación al mismo son muy interesantes. Pero el fondo es el mismo, porque lo más importante sigue siendo la manera en que ese rodaje influyó en la vida del pueblo.

Yo os tengo que decir que Bienvenido Mr. Heston me ha encantado. En comparación con otras de las películas documentales que estamos viendo, esta película parece partir con desventaja porque no trata un tema controvertido o de calado social, pero no os equivoquéis, Bienvenido Mr. Heston es una delicia que disfrutaréis enormemente.

Siempre he creído que el arte es un reflejo de la personalidad del artista que lo crea, quizá por eso  Bienvenido Mr. Heston deja tan buena sensación tras verla, porque es exactamente lo mismo que te provocan Pedro y Elena, sus directores. Ha sido un placer poder compartir su película con ellos y comentarla al acabar y me gustaría que les fuera estupendamente con esta obra, porque son muy buena gente y porque la película realmente merece la pena.

Hasta aquí la crónica del domingo 22. Voy con mucho retraso, lo sé, pero prometo ponerme al día.



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