miércoles, 5 de noviembre de 2014

Caminando entre las tumbas (Scott Frank, 2014)



Mucho se habla de que, a medida que los actores van cumpliendo años, cada vez lo tienen más difícil para encontrar papeles adecuados pero hay algunos que, como Liam Neeson, se reinventan y le dan un vuelco a su carrera. Si hacemos un repaso a la filmografía de este actor, veremos que, en sus primeros años, abundaban los papeles de corte dramático pero, con el paso del tiempo parece que ha encontrado su sitio en el cine de acción. Esta semana estrena Caminando entre las tumbas, su última incursión en este género.


Matt Scudder (Liam Neeson), un antiguo policía que actualmente trabaja como detective, se ve obligado a ayudar a un narcotraficante que busca a los asesinos de su esposa. En el transcurso de su investigación, Scudder descubrirá que esos hombres ya han matado de la misma manera antes por lo que intentará hacer lo imposible por detenerlos.



Caminando entre las tumbas es un thriller de acción cuyo principal atractivo es Liam Neeson. Lo demás es poco novedoso y, en ocasiones, demasiado tedioso. Liam Neeson se pone el disfraz de hombre maduro, rudo y experimentado y, la verdad, lo hace estupendamente. A mí siempre me ha gustado mucho Liam Neeson pero desde que se ha especializado en los papeles tipo badass me tiene ganada. Creo que su anatomía resulta de lo más propicia para este tipo de cintas en las que tan importante es tener presencia física pero es que, además, su buen hacer actoral le da la suficiente relevancia a una película como para que te llame la atención verla. Y es que, si no fuera por él, esta cinta pasaría por nuestra cartelera sin pena ni gloria ya que no tiene casi ningún elemento lo suficientemente interesante como para que le atraiga al público en general.


Caminando entre las tumbas quiere ser muchas cosas pero se queda a medio camino en casi todas ellas. Es la típica historia protagonizada por un personaje torturado por su pasado que busca la manera de redimirse aunque, para ello, haya que ensuciarse las manos. En este sentido la cinta funciona bastante bien porque, como ya hemos dicho, Liam Neeson tiene lo que hay que tener para sacar adelante un papel así. El problema viene en cuanto el personaje de Liam Neeson comienza su investigación, que es el momento en el que la película empieza a ser cada vez más lenta. La trama se desdobla y, por un lado, vamos conociendo los progresos de la investigación de Matt Scudder y, por otro, seguimos los pasos de los asesinos. En este punto, la trama acaba siendo tediosa y adolece de falta de nervio lo cual acaba siendo un error insuperable en el que debería ser el momento más tenso de película. Tampoco ayudan mucho el resto de personajes, que no tienen el más mínimo interés. Ni tan siquiera los asesinos porque, aunque su primera aparición es bastante impactante, en el momento en el que vamos conociéndolos, todo a su alrededor nos resulta demasiado previsible y forzado.


Caminando entre las tumbas tiene un buen arranque con unos asesinos malrolleros y un Liam Neeson haciendo lo que mejor se le da pero va perdiendo fuelle a medida que avanza la trama hasta el punto de que llegamos a aburrirnos con ella. Si disfrutas con las películas en las que Liam Neeson es el puto amo, esta es tu película sino, sigue buscando.

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